[vc_row][vc_column][vc_column_text]Últimamente el tema de la apropiación cultural ha surgido más y más frecuentemente. Pienso que es bueno que la gente esté hablando de esto, pero con la historia complicada de la raza en Estados Unidos, mucha gente tiene muchos sentimientos firmes y muchos malentendidos sobre la diferencia entre estos dos. Quiero empezar exponiendo que lo que sigue es evidentemente mi opinión. No puedo hablar por toda la gente negra, o incluso por todos los bailarines de blues negros, más que lo que tú puedas hablar por cada persona de tu raza. Este es un tema en el que la gente razonable puede no estar de acuerdo, creo que todos podemos discutir sin ser desagradables… y, una última cosa para reflexionar, una persona puede decir o hacer una cosa racista y aún así creer en la igualdad de las diferentes razas. Esto no es en sí mismo racismo, solamente revela un prejuicio o una tendencia que es aprendida de los medios de comunicación y del entorno en el que somos educados muy probablemente. Yo no soy distinto.

 

Voy a empezar con mi opinión generalizada sobre la diferencia entre apreciación y apropiación – La apreciación es llegar a ser uno mismo y encontrar tu propia voz para expresarte haciendo una cosa. La apropiación es cuando coges las “palabras” y las cambias o cambias su significado para que se adapten a lo que quieres decir. Una es dejar que la cosa te cambie y la otra es cambiar la cosa para ajustarla a ti.

 

La apropiación en el baile del blues puede tomar muchas formas pero algunas de las que veo más a menudo son: negar la conexión del baile con la música blues; negar, ocultar, o de lo contrario, invalidar los esfuerzos artísticos de los bailarines y músicos negros que crearon las expresiones; o reclamar el nombre “blues” dance mientras que al mismo tiempo intentas distanciarte de alguna manera de los esfuerzos de la gente negra que le dieron significado a esa palabra en un sentido artístico.

 

== El idioma del baile del blues y aquellos que buscan la unión ==

 

Desde que los lindy hoppers a mediados de los noventa se enamoraron de la idea de bailar música más lenta y más molona en las fiestas en casas y altas horas de la noche, el término blues ha sido aplicado a un sinfín de cosas – en aquellos primeros días se utilizaba para describir el estado que deseaban evocar los bailarines, la música y los movimientos elegidos eran “bluesy”. A medida que la fascinación de los lindy hoppers por la idea del blues crecía más y más, algunas de las primeras ciudades en las que se bailaba hacían incursiones en bares de blues donde se tocaba música blues de verdad, algunas incluso tenían viejos negros que se presentaban y bailaban en sus locales favoritos o seguían a sus bandas/músicos preferidos, y esto inspiró a un pequeño grupo de bailarines a investigar la historia del baile de la música blues.

 

El conocimiento ganado se convirtió en la fuerza unificadora y esos bailarines se volvieron la presencia de afianzamiento cuando empezaron a enseñar, primero a nivel local y después viajando, cosa que era necesaria para crear una nueva escena separada de la comunidad de Lindy Hop. A medida que más gente venía a la escena de la fiesta en casa con poco o nada de conocimiento de las raíces de la actividad en la que se estaban involucrando, y con un poco de cuidado con la dirección que la escena estaba tomando, empezaron a referirse a su baile como blues. Se empezó a formar una escisión – estaban aquellos que se veían así mismos como bailarines de blues basándose en la sensación de que estaban bailando la música blues de forma bluesy, y aquellos que se veían así mismos como bailarines de blues porque crearon un idioma dancístico para la música blues.

 

Muy del modo en que la salsa pasó por el período de “On 1/On 2” y el lindy hop pasó por el período “Savoy/Hollywood”, el idioma del blues se dividió estimulando numerosos debates a menudo sin resolución, a nivel micro o a nivel macro. El tiempo demostró que, sin embargo, los bailarines del idioma del blues saldrían ganando, debido en gran parte a su esfuerzo por enseñar el baile y la historia por todo el país y a su capacidad de compartir las fuentes de conocimiento por las cuales cualquiera, independientemente del lugar, podía adquirir un entendimiento más profundo del linage cultural y podía ver cuales eran las conexiones entre la música y los bailes existentes. Muchos de estos bailarines del idioma del blues se fueron más allá de las pequeñas fiestas en casas, practicando el baile de forma regular y organizando eventos de danza regionales y nacionales.  

 

Fue en este periodo de tiempo en el que el “fusion” adquirió relevancia entre las pandillas de las fiestas en casas. Como el centro de su baile era coger el lindy hop y adaptar las habilidades y los movimientos que aprendieron de ese baile a música no swing, la idea de añadir intencionadamente más bailes e ideas o movimientos de otros bailes que ellos mismos no habían dominado, llegó a ser una fuerza impulsora y definitoria. Sin las connotaciones históricas del término blues, fusion como nombre tenía sentido… Sin embargo hubo un número de personas reacias a dejar la comerciabilidad fácil del nombre blues, y hubo quienes no estaban de acuerdo en que el baile que ellos crearon nunca fue blues. Estos bailarines a menudo trataban de incluir dentro del blues sus propios bailes de fusion, Blues fusion, Blues-Swing fusion, Blues-Tango fusion, etc. aunque, cuando frecuentemente se les cuestionaba, no podían señalar una contribución determinante de cualquier idioma identificable del baile del blues que les sirviera como base para su propio baile.

 

Los problemas se volvieron aún más turbios cuando algunos bailarines decidieron que querían diferenciarse de la comunidad creciente de fusion que comenzó a abrazar la idea de estudiar y adquirir destreza en múltiples bailes para posibilitar la creación de bailes individuales únicos las reglas de los cuales fuesen negociadas sobre la marcha y sirvieran para un conjunto variado de músicas. El grupo disidente quería bailar despacio, música emocionalmente evocativa, con un fuerte acento en la síncopa, lo cual estaba muy lejos de la música contemporánea fuera del inmenso género musical del blues. Muchos identificaban equivocadamente su baile y su música como blues, a veces llamándolo  “Contemporary Blues,” “Modern Blues,” o “Alt-Blues,” o más trágicamente – solo blues con el baile del idioma del blues, como “Trad Blues.”

 

Esto es extremadamente problemático por una serie de razones, primero porque confunde el asunto. La música “Alt/Con/Mod” no tiene vínculos directos con el blues aunque muchos de sus bailarines han crecido creyendo que el Alt-Blues es un género de música y el blues contemporáneo y moderno es algo completamente diferente a la música interpretada por los gustos de Chris Thomas King, Keb Mo, y Robert Cray. En segundo lugar, la estética es muy diferente a la del blues, y las ideas de los cambios de peso y la articulación del cuerpo son citadas a menudo como los principales elementos influyentes, las cuales evidentemente son compartidas por montones de bailes y de géneros de baile, y son difícilmente únicas en su existencia, ni representativas del idioma del baile blues.

 

La última cosa que personalmente encuentro problemática son las declaraciones de “actualizar” o “reformular” el blues, desechando o disociando por completo más de cien años de historia de creatividad y cambio que los afroamericanos pusieron en esta forma de arte, principalmente como una forma de superación de las grandes desigualdades y violaciones de humanidad a las que se tuvieron que enfrentar como individuos y como etnia. “Ese baile está muerto y lo que hacemos ahora nosotros es diferente” es una frase que he escuchado de esta y de numerosas formas, inconsciente por completo del hecho de que los afroamericanos de todo este país todavía practican estos bailes fuera de espacios blancos.

 

El uso de la palabra blues para referirse a una música no asociada al género y para describir una danza ajena sin vínculos con la cultura fundadora es el ejemplo más claro que puedas encontrar de apropiación cultural. Utilizar un nombre tan absolutamente central en la experiencia negra y en las raíces más fuertes de todas las creaciones artísticas negras sin preocuparse por su agitado origen y eliminar todas las facetas de referencia cultural, o negar que alguna vez fue parte de ello, es una negación de las luchas y el dolor que representa el blues y distorsiona el mecanismo de defensa que era utilizado para lidiar con la opresión y el sometimiento, e irónicamente utilizado como un medio para expresar la falta de autodeterminación y de reconocimiento como gente de valor.

 

Por favor no confundas esta misiva con cualquier tipo de declaración que diga que los no-negros no tienen la capacidad de “tener el blues” o no son capaces de aprenderlo, disfrutarlo, y llegar a ser parte la comunidad del baile que defiende el lenguaje del blues. En cambio, por favor, entiende que esto te está pidiendo que inviertas un poco de tiempo y de energía en descubrir que es exactamente el idioma del blues y cómo PUEDES ser una parte de él. La diferencia entre apropiación y apreciación es simple de manejar si piensas que la apreciación significa que tú llegas a un cosa queriendo aprender, ser una parte de, y contribuir como participante activo, y la apropiación significa que llegas para probar, tomar y alterar para adecuarla a tus propias necesidades.

 

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